En los últimos años, las tormentas han evolucionado de ser fenómenos pasajeros a convertirse en amenazas potentes para la infraestructura y la seguridad. Las nuevas condiciones climáticas están provocando tormentas más activas, con mayor presencia de granizo y una preocupante intensidad en la actividad eléctrica.
El granizo crece, pero el peligro sigue siendo el rayo
Aunque el granizo es lo que primero se ve y escucha al golpear techos y autos, es el rayo el que representa el mayor riesgo invisible. Las tormentas modernas, con grandes masas de aire caliente y húmedo, generan nubes de desarrollo vertical que no solo producen esferas de hielo de gran tamaño, sino también una enorme cantidad de descargas eléctricas.
La acumulación de cargas dentro de la nube, sumada a la fricción entre partículas de hielo y agua, da lugar a potentes descargas que buscan llegar al suelo: los rayos. Estos pueden impactar árboles, viviendas, industrias, transformadores o antenas, generando desde cortes eléctricos hasta incendios y daños estructurales.
La importancia de anticiparse: soluciones ante rayos y granizo
En este nuevo contexto climático, ya no basta con proteger el vehículo o reforzar techos. Las descargas eléctricas asociadas a tormentas con granizo están ocurriendo con más frecuencia y en zonas cada vez más amplias. Por eso, la instalación de pararrayos certificados es clave para evitar que un impacto eléctrico destruya equipamientos costosos, instalaciones productivas o ponga en riesgo la vida de las personas.
Contar con una empresa especializada en pararrayos no es solo una inversión preventiva, sino una necesidad creciente en tiempos donde el granizo anuncia tormentas cada vez más peligrosas, y los rayos actúan sin previo aviso.
Vía | Infobae